Todo era un complot. Lo
supe al analizar la situación.
Mi amiga se va a ver
otras tiendas, yo sigo concentrada en arreglar mi celular, que como
es raro, se ha vuelto loco. Y él, no hace más que mirarme, sin
ofrecerme su ayuda, sólo me observa.
-Por que no te pruebas
esto? - me dice, sin mirarme esta vez.
-Para que? No tengo
dinero. - sonrio y sigo enfocando mi atención en el celular.
-Anda, sólo para ver
como te queda. Nada cuesta, no? - insiste.
-Que no! - digo firme
pero aún sumida en el telefono. Pinches celulares modernos.
Me deja sola.
Me da igual.
Sale y me lanza una
bolsa.
-Te lo regalo. - Lo miro
con cara de limón estrujado y él sólo sonrie.
-Como que me lo regalas?
Estás loco, o qué? Devuelve eso.
-Ya lo compré, no puedo
regresarlo. Que lo tomes, dije. - Asiento roboticamente, y como en
un episodio de “Bernardo y su reloj” mi celular enciende, pero
todo lo que me rodea, se detiene.
Las imágenes de mi amiga
despidiendose casualmente, él sonriendo solo en todo momento, poca
gente donde estamos, mucho rato los dos solos, aparecen frente a mi,
sólo me faltaba la butaca del cine, para ver la película. Es un complot! Me han
lanzado como carnada, soy el gusano en el agua, esperando que
...bueno, él es el gusano y yo debería ser el pez que lo muerda.
Recibo un mensaje, que
probablemente debí leer hace media hora. “Sólo hablen... a ver
que pasa ;)”
Amigas de ahora, que por
que estás sola, piensan que estás triste, desolada y necesitada de
un chico, que lo único que hacen es fastidiarte la vida.
Cuando todo sigue su
curso, y la gente se mueve, como deben hacerlo, Ricardo -asi se
llamaba, no?- me mira extrañado, por que parecia un icono de msn,
ausente.
-Que?- le digo,
alejandome un poco.
-Te he dicho que si
quieres un helado?- me pregunta, con una sonrisa burlona.
-Ay, ya que... - y camino
delante, sin esperarlo, a la feria de comida.
Resultó ser agradable el
chico. Pero me importa un cacahuate, sola estoy mejor. No?. Me quedo con mis libros, amor sin mucho lío, real. Nada de flores, ni cursilerias empalagosas, que sólo te dejan caries que no te puedes quitar. El amor es de libros, de novelas, de otra gente, no de mí. Además,
por que habria de fijarse en mi. Esto es un Mall, habran cientos de
chicas con tacón y minifalda, mucho más guapas que yo, usando jean,
convers, y el pelo, mejor no lo detallamos. Pero, mientras más pasan
las horas, más me pregunta acerca de mí. Che, que soy bien
aburrida, poh. Y sin embargo, él me mira, como si en lugar de un
centro comercial, fuera el desierto, y no hay nadie más que él,
unos camellos y yo.
Entonces, la caña
comienza a moverse, el pez a mordido el anzuelo. Pero parece
antagónico a la realidad, por que ahora, el gusano feliz entra al
agua, le guiña el ojo al pez, y este, tímido, no quiere probarlo...
como si fuera vegetariano.
Para mi no sorpresa, no
me pide el celular, el PIN, el Facebook, el Twitter, el Tumblr, el
Blog, el Myspace, el Hotmail, el Skype... ni nada parecido. Como lo
sospeché, no le he interesado, toma eso, Emilia.
Subo al taxi, Emilia con
ojos brillantes, como si ella fuera la de la “cita” me pregunta
“entonces, hubo beso?” Le digo sonriendo que no, y ella, sin
bajarle el ánimo, me pica una mejilla. “Que esperes, te digo!”
Vamos a su casa, pijamada, ya ni me acuerdo de Ricardo. ...Muy poco,
de hecho.
Me besa, me toma por la
barbilla, y me da un beso, suave y lento. Esos son los buenos besos.
Con su sombrerito estilo Michael, y su chaqueta like a rockstar. Me
besó, me comió...
Despierto, toco mis
labios. “Sueños estúpidos con gente estúpida” me reprocho, por
soñar tonterías. Veo mi celular, que vibra un poco y parpadea la
luz de mensaje.
*Tienes un nuevo mensaje*
“Para la próxima, te pones ese vestido y tus convers, Caro.”